Atraer el talento es una prioridad para toda empresa que desee crecer y ser competitiva en su sector.
Pero escoger el personal no es tarea fácil: no se trata solo de evaluar algún que otro currículum, sino más bien de un proceso formado por una serie de pasos que empieza con encontrar candidatos cualificados y que engloba aspectos muy delicados como: comprender si dichos candidatos corresponden con los parámetros de la cultura de la empresa, si se integran bien con el equipo y la dirección, si el colaborador será leal y estará de acuerdo con los valores de la empresa.
Es interesante destacar la contribución que la inteligencia artificial para los RRHH ha aportado en los últimos años en relación con la gestión de grandes masas de datos heterogéneas a la hora de seleccionar los candidatos, y más en general, las temáticas de vanguardia del People Analytics.
Para llevar a cabo todo esto, no cabe duda de que la inversión en términos de tiempo y de recursos puede ser considerable, pero es fácil comprender que incrementar el capital humano de la empresa es una actividad muy estratégica.
Veamos detalladamente cómo se desempeña el trabajo de un reclutador, perteneciente a la empresa o externo.
El proceso de búsqueda y selección está formado por diferentes fases, todas ellas necesarias para el éxito del reclutamiento.
La diferencia entre encontrar candidatos y contratarlos consiste en no limitarse a seleccionar CV en línea, sino explorar a fondo las exigencias de la empresa y no detenerse hasta encontrar el candidato que, por una parte, sea perfecto para la empresa, tanto en relación con sus competencias como por sus valores y, por otro lado, esté muy motivado para el cambio.
El proceso de reclutamiento puede variar mucho en función de la situación (la principal diferencia consiste en acudir o no a un proveedor externo de reclutamiento), pero las principales macrofases son cuatro:
Por tanto, ya hemos visto cuáles son las tareas de un reclutador, pero, ¿cuáles son las competencias que debe poseer para ser un buen especialista de reclutamiento?
Como en cualquier ámbito de Recursos Humanos, son esenciales la empatía, la capacidad de escucha y la apertura hacia el prójimo, pero veamos qué habilidades adicionales marcan la diferencia.
En relación con la contratación externa, se puede hablar de RPO (Recruitment Process in Outsourcing) o de tarea de búsqueda individual y selección encomendada a una empresa de reclutamiento. En este segundo caso, la propiedad del proyecto continúa siendo de la empresa contratante, que recurre a la ayuda del proveedor externo para una búsqueda específica.
Por el contrario, se habla de RPO cuando la empresa externa proporciona un servicio que incluye el tiempo empleado por su personal, las tecnologías, los modos de trabajo y todo un conjunto de servicios con el fin de alcanzar un objetivo acordado. También se puede recurrir a un RPO durante un tiempo determinado, adquiriendo un total de horas de trabajo del reclutador, pero es mucho más útil y generalizado el RPO por proyecto, también llamado On demand RPO.
Últimamente, también se ha extendido el remote RPO: en este caso, la relación se gestiona de forma remota, sin la presencia física del reclutador en la empresa que contrata sus servicios. De hecho, con la digitalización de los sistemas ya no hay necesidad de su presencia física cotidiana: el reclutador, aunque permanezca en su sede de origen, puede proporcionar a la empresa toda la ayuda e información necesaria relativas a su servicio.
Existen diferentes motivos por los que las empresas escogen acudir a una persona externa para el proceso de reclutamiento, tanto en modalidad RPO como a través de un simple encargo:
El Recruitment Colaborativo es la especialidad de Reverse: somos la primera empresa que ha introducido el modelo de negocio colaborativo en el sector de los Recursos Humanos.
Estas son las palabras de nuestro CEO Daniele Bacchi:
Para explicar cómo funciona el negocio colaborativo es suficiente tomar como ejemplo Wikipedia: la plataforma está operativa gracias a la contribución de expertos que enriquecen la enciclopedia en línea, cada uno de ellos con sus propias competencias específicas. No existe un superexperto capaz de profundizar en cada área del saber humano.
Del mismo modo, en la contratación colaborativa cada actor involucrado aporta su propia competencia para que el proyecto, en su conjunto, alcance la excelencia. El rol principal que caracteriza la contratación colaborativa es el del Scout, un profesional externo a Reverse que colabora con nosotros durante todo el proceso para aportar una especialización real al servicio:
en la contratación colaborativa, el cliente también es protagonista: los resultados excepcionales llegan cuando el cliente se muestra colaborativo durante las fases clave del proceso.
Detrás de este modelo subyacen los instrumentos digitales avanzados a los que recurrimos, que disminuyen el esfuerzo del cliente y, además, le permiten estar actualizado constantemente durante todas las fases de los procesos de selección, obteniendo de este modo rapidez y total transparencia.
La colaboración entre el cazatalentos y cliente conlleva beneficios incuestionables: con una comunicación directa y actualizaciones frecuentes, es más fácil identificar rápidamente lo que la empresa está buscando, con un ahorro de tiempo y, por consiguiente, también de gastos.
Actualmente es imposible que el Recruitment no sea digital.
El mundo de los Recursos Humanos es uno de uno de los que ha intentado oponerse con más obstinación a la digitalización de los procesos: de este modo, el componente humano se considera, apropiadamente, esencial, y el mayor temor es que un ambiente más digitalizado enfríe las relaciones, creando más distancia entre el candidato y el reclutador.
Pero a día de hoy, la introducción de las tecnologías, como la inteligencia artificial, apunta hacia el objetivo contrario: acercar el reclutador no solo a los candidatos, sino también a los clientes. No se pretende que la tecnología sustituya el componente humano, sino potenciarlo, simplificando una serie de procesos rutinarios que hacen perder un tiempo muy valioso y aprovechando dicho tiempo para las relaciones humanas.
La automatización de determinados procesos también beneficia a los candidatos, a los que se les ofrece una candidate experience que resalta plenamente sus capacidades, y también su opinión: de hecho, en estos sistemas digitalizados, el feedback debe ser constante, de forma que se mejoren e implementen los mecanismos en uso.
Aunque algunas empresas no tienen el problema de atraer nuevos talentos, generalmente gracias a que su marca es muy popular, por el contrario, para otras empresas sirven estrategias de vanguardia desde las primeras fases del proceso si se desean atraer a los mejores perfiles disponibles en el mercado.
Una estrategia muy útil es aprender de los compañeros de marketing: así como ellos estudian atentamente al cliente y sus comportamientos y, a continuación, piensan en acciones específicas para captarlo en cada fase del denominado “customer journey”, del mismo modo el reclutador puede observar atentamente a su “cliente”, es decir, al candidato que está buscando en cada caso, e intentar conocerlo a fondo. Dónde vive, cuáles son sus intereses, dónde se informa online y offline y cómo se comporta cuando está buscando un nuevo trabajo.
Una vez que conocemos bien al candidato que buscamos, debemos idear estrategias de comunicación específicas para él: si para algunas personas es interesante saber cuáles son los beneficios que incluye la oferta de trabajo, para otras lo será conocer a su futuro jefe u obtener información financiera de la empresa.
Y solo personalizando el mensaje podemos dejar huella en el corazón de los talentos que nos interesan.
El juego aún no ha terminado: una vez que el candidato ha aceptado nuestra oferta, comienzan los meses de incorporación en la empresa. Generalmente, este periodo se pasa por alto y, por el contrario, son numerosos los casos en los que la relación entre empresa y nuevo colaborador falla desde el inicio a causa de un periodo de incorporación gestionado de forma incorrecta.
Las estrategias se diferencian en perfiles junior, que quizás se encuentran ante su primera experiencia en una empresa, y perfiles senior, que ya saben cómo trabajar, pero lo importante es que cada uno sea acogido, iniciado y puesto en la condición de rendir al máximo desde el principio.
Los aspectos a tener en cuenta en un buen plan de incorporación son:
Por tanto, podemos concluir afirmando que la diferencia entre encontrar y contratar, es decir, entre realizar “los deberes” de presentar CV y conducir el proyecto al éxito, es un proceso formado por muchas microfases aparentemente “inofensivas”, pero en realidad de vital importancia. Afrontarlas una a una y lograr el éxito de cada una de ellas es un buen método para no desbordarse ante las novedades y, al mismo tiempo, no dar la espalda a la innovación.